La sangre de Supermán

29

2021

Abr

29

Abr

2021

Cuando a Emilio le toca transfusión en el hospital le dicen que le están poniendo la sangre de
Supermán. Y así debe de ser, porque ese día no hay quien mantenga quieto a este pequeño de
casi 5 años, que rebosante de energía lleva a sus padres con la lengua fuera todo el día…, ¡y
toda la noche!

Después de 215 días entre la Casa y el hospital y tres trasplantes por fin le han dado el alta a
este pequeño superhéroe, y lo cierto es que le echamos muchísimo de menos. En unos
tiempos complicados por la pandemia en los que en la Casa hay pocos peques y también nos
falta el calor de nuestro equipo de voluntarias y voluntarios, Emilio con su forma de ser ha sido
la alegría de la Casa. Cada día hemos compartido entre sonrisas sus nuevas ocurrencias, cada
día nos hemos recargado con su energía y con esa fuerza que ha demostrado durante todo su
tratamiento y hospitalización.

Nos encanta cuando viene a enseñarnos un nuevo mineral de su colección, cuando baja
disfrazado de Harry Potter gritando varita en mano “¡Wingardium Leviosa!”, cuando cada vez
que sale del hospital le vemos bajar cogido de la mano de su padre a recoger la comida de
McDonald’s con la que siempre celebra su vuelta a nuestra Casa. Uno de esos días nuestra
compañera Ana le dio la bienvenida y le dijo que para lo que necesitara ahí estaba ella. La
respuesta de Emilio fue “vale, ¡mientras no te comas mi Happy Meal!”. En otra ocasión
participó junto con sus padres en un reportaje para el programa Solidarios de Canal Sur. Desde
entonces va diciéndole a todo el mundo que él es famoso.

—Emilio, me he enterado que eres famoso, ¿me vas a dar un autógrafo?—
—¡Me lo pensaré!—nos dice Emilio con cara de hacerse el interesante…

Nuestra compañera Joaquina ya les tiene cogida la hora, y a eso de las 11 les pilla siempre en
la cocina preparándose para salir a tomar el desayuno preferido de Emilio, churros con
chocolate, toda una tradición ya para la familia durante su estancia en la Casa.

—Emilio, ¿cuándo me vas a invitar a desayunar?—pregunta Joaquina.
—Es que no puedes, porque tienes que limpiar la Casa, que si no Vicente se enfada—dice
Emilio muy serio, (Vicente es el gerente de la Casa, “el jefe” como dice él).

Ya no tenemos a nuestro pequeño superhéroe en la Casa, ha vuelto a casa con sus hermanos y
el resto de su familia, a los que tiene locos todo el día arriba y abajo agotados haciendo sus
actividades preferidas y recuperando el tiempo perdido. Porque en realidad, os vamos a contar
el secreto: la verdadera sangre de Supermán no estaba en la transfusión, estuvo siempre
dentro de él y lo seguirá estando.

Es verdad, ya no tenemos a Emilio y a su familia en la Casa, pero cuando nos entra la nostalgia
pensamos en lo que les dijo a sus padres cuando el coche encaraba la entrada a su ciudad y el
camino a casa, y entonces no podemos dejar de sonreír: “Papi, mami, hoy es el día más feliz de
mi vida”.