¡Nuestra Casa vuelve a estar completa!

Sabíamos que era así, pero nunca pensamos que lo comprobaríamos en primera persona.  Y es que siempre decíamos que el voluntariado es uno de los pilares fundamentales de la Fundación, y que las personas que forman el equipo de voluntariado de nuestra Casa la llenan de luz y calor, de risas, alegría y energía positiva, y que la Casa sin ellas sería un lugar muy diferente, más triste… ¡No sabíamos que muy pronto íbamos a saberlo de verdad!

En marzo de 2020 el mundo se paró por esta pandemia y entre muchas otras medidas en la Casa tuvimos que suspender todas las actividades de voluntariado. De un día para otro nos quedamos sin la presencia física de este equipo de casi 40 personas que nos regalan lo más valioso que tienen, su tiempo, ¡y cómo lo notamos y les echamos en falta! Fue duro, porque a la Casa que conocemos y amamos, nuestra Casa, le faltaba una pieza esencial sin la que nos costaba reconocerla.

Nuestro #pedazodequipo, como nos gusta llamarlo, transforma esta Casa en un hogar, se convierte para las familias y peques que viven aquí en una suerte de familia temporal mientras están con nosotros. Les acompañan, les apoyan y les hacen su estancia más entretenida y llevadera con todo tipo de actividades que preparan con todo el cariño del mundo.

¡Cómo nos hemos echado de menos en este tiempo!, porque también ellos han añorado muchísimo la Casa, que sienten como propia y ocupa un lugar muy especial en sus vidas. Nos ha faltado la alegría de vernos cada día y contarnos las novedades, las risas, las bromas, los desayunos y meriendas juntos, la complicidad, el apoyo y la energía que transmiten…

¡Pero ahora estamos tan felices que no nos lo terminamos de creer!, porque tras tantos meses ya podemos dar la gran noticia que estábamos esperando, ¡nuestro voluntariado ha vuelto a Casa!

Con todas las medidas de seguridad y protocolos necesarios, en pequeños grupos y de momento solo para tareas de mantenimiento y administración hasta que nuestros peques están vacunados, pero es un paso enorme hacia la normalidad que estábamos deseando que se produjera y estamos muy felices, tanto como lo están ellos. Es precioso verles cruzar de nuevo las puertas con emoción, con nervios, con alegría, con la piel de gallina por poder volver a pisar su Casa después de tanto tiempo…

Y por fin, después de casi un año y medio, podemos decir, ¡nuestra Casa vuelve a estar completa!